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Mi nueva PC de escritorio

Bueno, no exactamente nueva, en realidad se trata de una actualización de sus componentes principales. Una actualización que tenía pensado realizar quizás más cerca al final de año cuando estuvieran disponibles los CPU de la serie AMD Ryzen 4000 y la actual bajara de precio, además de esperarme un poco a que el mercado de componentes de PC se estabilice, ya que en estos tiempos de pandemia los precios están elevados y en continuo cambio.

Pero esta idea que tenía se vio frustrada debido a que la motherboard de la que hasta hace unos días era mi PC principal comenzó a fallar. Desde que estoy trabajando a jornada completa de forma remota he preferido usar la PC de escritorio a la portátil ya que me ofrece una mejor experiencia, y fue precisamente en el medio de una jornada de trabajo cuando la PC comenzó a funcionar lenta sin ningún motivo aparente, hasta que decidí reiniciarla y dejé de tener vídeo en los dos monitores. Si me conectaba por SSH desde la portátil podía verla funcionando con la gráfica integrada y no la dedicada, pero la gráfica integrada tampoco daba vídeo. Luego de varios intentos logré dejarla funcionando con la gráfica integrada, suficiente para el trabajo diario, pero no podía dejar de pensar en la posibilidad de que continuara fallando y me quedara sin PC en algún momento crítico. Entonces, ¿para qué esperar?

Una PC de escritorio en 2020

Desde hace varios años mi informática diaria transcurre principalmente en dos dispositivos: en casa uso mi PC de escritorio para navegar en internet, consumir contenido multimedia, probar tecnología (virtualización, contenedores, simulación de redes) y ocasionalmente jugar; y en el trabajo y movilidad uso mi portátil ThinkPad X230 la cual me da un rendimiento aceptable y una movilidad perfecta, en la oficina la uso con un dock y un monitor externo para navegar en internet, usar el correo electrónico y otras herramientas de comunicación, editar documentos, correr ocasionalmente alguna máquina virtual y sobre todo conectarme a sistemas remotos.

Esta combinación me viene funcionando muy bien. La PC de escritorio me da una potencia que la portátil no (o al menos no a un precio razonable), la portátil me da movilidad y siempre que necesite puedo conectarme por VPN a casa, encender la PC de escritorio y trabajar en ella de forma remota.

También existen ventajas inherentes al formato de escritorio o sobremesa, siendo las más evidentes la capacidad de ampliación y reparabilidad. Además de disponer de una mejor refrigeración, son bastante modulares y la miniaturización de componentes no es tan extrema por lo que son algo más fáciles de manipular. Por estos y otros motivos sigo manteniendo la idea de usar una PC de escritorio con cierta potencia en mi día a día, combinándola con computadoras portátiles de baja potencia para cubrir las necesidades en movilidad.

Eligiendo componentes

Construir una computadora es algo a lo que me gusta dedicarle tiempo, ya que como decía antes es un equipo que me acompaña en mi día a día e intento elegir componentes de calidad para que el setup pueda durar varios años. Por esto, desde hace bastante tiempo estaba pensando en mis necesidades y observando ofertas de hardware óptimo para cubrirlas. Tenía claro que la solución pasaría por un AMD Ryzen o uno de esos «kit Xeon chinos» que llevan parte de la potencia de cómputo de servidores a PCs de escritorio a un buen precio

Más núcleos y memoria

Tenía guardadas dos tarjetas de memoria Kingston HyperX de 8 GB DDR4 sin usar, además de las dos Kingston HyperX de 16 GB en uso, por lo que el combo de placa madre y CPU que eligiera debería soportarlos. La memoria RAM es uno de los componentes importantes al momento de levantar entornos de virtualización y contar con estos 48 GB es de mucha utilidad.

Además, la ejecución de máquinas virtuales al igual que la codificación de archivos multimedia (que realizo ocasionalmente) son procesos que aprovechan muy bien el tener múltiples hilos y núcleos a disposición, por lo cual tenía claro que debería aumentar la cantidad de núcleos ya que los dos que tenía el Intel Core i3 que estaba usando a veces no eran suficientes.

Capacidad de juego

No soy un jugador muy exigente. Para que se hagan una idea, últimamente juego en una Nintendo Wii que compré de segunda mano a buen precio y me entretiene muchísimo. Pero de vez en cuando me gusta correr algún juego en la PC, principalmente FPS, plataformas y de mundo abierto. Tengo claro que cualquier setup que cumpla con los puntos anteriores en conjunto con la tarjeta gráfica AMD RX 550 cumple con creces esto, por lo que no ha sido un punto que me preocupe particularmente.

La elección final

Dagda

Teniendo ya varios apuntes y listas armadas con componentes, me dediqué unos días a validar compatibilidad con los que ya teía, revisar detalles y buscar precios en el mercado local y en Estados Unidos. Finalmente terminé armando un setup que (por cambiar el «núcleo») decidí bautizar Dagda, siguiendo con mi tradición de nombrar mis computadoras según el panteón celta.

CPU AMD Ryzen 5 3600

Este es el componente central y sobre el que más tiempo dediqué a revisar. Estaba bastante convencido de pasarme a AMD pero no totalmente seguro, los Intel Xeon que venden en China eran una opción igualmente razonable y tampoco descartaba totalmente un Intel Core.

Finalmente opté por un Ryzen 5 3600 con 6 núcleos y 12 hilos a una velocidad base de 3.6GHz, el cual compré en Estados Unidos. Un procesador de la generación más reciente de AMD que me permitirá ejecutar cargas de trabajo con fluidez por varios años.

Placa base ASRock B450M Steel Legend

No fue la primera opción, pero considerando que el precio de las placas base está subiendo y comenzaban a escasear en el mercado local las que buscaba, finalmente adquirí esta ASRock B450M Steel Legend. También estuve evaluando la ASRock B450 Steel Legend (de tamaño completo) que ofrece algunas características extra pero finalmente lo desestimé.

Es una placa de buena calidad, compatible con los componentes que ya tenía y lista para funcionar con el CPU Ryzen 3600.

Memoria RAM

Reutilicé las cuatro tarjetas Kingston HyperX que ya tenía, todas en color negro, funcionando a 2400MHz: 2 x 16 GB + 2 x 8 GB para un total de 48 GB de RAM. Si bien no son de la misma capacidad, sus especificaciones en cuanto a velocidad y latencia son idénticas y las he podido instalar en dual channel sin problemas.

No son la opción más recomendable para usar con Ryzen ya que estos procesadores aprovechan mejor memorias de mayor velocidad (3200MHz parece ser lo recomendable para este), pero ya las tenía y decidí reutilizarlas.

Tarjeta gráfica Asrock RX 550

Dado que no tengo grandes requerimientos en este aspecto, hace tiempo aproveché una oferta y compré una gráfica Asrock Phantom Gaming RX 550 4G que me ha resultado más que aceptable para mover juegos y otras cargas de trabajo. Lo único que tuve en cuenta al momento de elegirla es que llevara un chip AMD, ya que en los últimos años sus controladores libres funcionan muy bien en GNU/Linux.

Almacenamiento

Como almacenamiento rápido para el sistema operativo, aplicaciones y ciertas cargas de trabajo instalé un NVMe SSD Western Digital Blue de 500GB y para almacenar archivos mantuve los 3 discos mecánicos Western Digital Blue de 1TB que me ofrecen 2TB de capacidad usable en RAID 5.

Posiblemente deba ampliar el almacenamiento en un futuro, para lo cual podría cambiar esos discos mecánicos y también agregar un segundo SSD en el puerto M.2 que ha quedado libre. Será algo a ir investigando para cuando llegue el momento.

Gabinete

Este no era un cambio que necesitara realmente, pero ya tocaba hacerlo. Luego de buscar mucho opté por un gabiente Sharkoon BW9000W bastante espacioso y minimalista.

Aquí lo que buscaba en temas estéticos era un diseño principalmente en color blanco, que tuviera buena ventilación, con espacio interior para permitir manipularlo fácilmente, que los cables quedaran ocultos y sobre todo que pudiera instalar los 3 discos mecánicos de 3.5″ de forma simple.

Este tiene todo eso que buscaba y además otros extras como los 4 puertos USB en la parte superior, filtros antipolvo y tres ventiladores preinstalados que están muy bien. He quedado muy conforme con este gabinete.

Además, he instalado la fuente de alimentación ANTEC de 450W bronce que ya tenía, lamentándome que no tiene un cableado modular que me hubiera permitido dejar aún mejor ordenados los cables en el interior del gabinete.

Conclusión

En mi caso, las PCs de escritorio están más presentes que nunca e imagino que será así por varios años. Este nuevo setup me acompañará en muchas horas de trabajo, investigación y ocio. Quizás reciba alguna actualización menor en los próximos años, pero pienso que ha quedado una computadora bastante adecuada a mis necesidades.